Oscar Hahn

Ausgewählte Werke , 2009




Gladiolos rojos de sangrantes plumas
lenguas del campo llamas olorosas:
de las olas azules amorosas
cartas os llegan: pálidas espumas

Flotan sobre las alas de las brumas
epístolas de polen numerosas
donde a las aguas piden por esposas
gladiolos rojos de sangrantes plumas

Movidas son las olas por el viento
y el pie de los gladiolos van besando
al son de un suave y blando movimiento

Y en cada dulce flor de sangre inerte
la muerte va con piel de sal entrando
y entrando van las flores a la muerte

Anoche soñé con mi padre muerto
Venía caminando por un largo sendero
y traía una flor en la mano

Nos abrazamos en el umbral
que separa la vida de la muerte

Me preguntó
que cómo había llegado hasta ahí
que si había cruzado el Aqueronte

Te he esperado toda la muerte dijo mi padre
y te seguiré esperando

Y se alejó por el largo sendero
con su flor en la mano

La puta madre de mi poesía
la frígida la virgen la caliente
la que me pone cuernos en la frente
la que aprieta los muslos a porfía

y no me suelta lo que yo querría:
la flor de su hermosura irreverente
su corola que late noche y día
envuelta en llamas y en rocío ardiente

La que me engaña con cualquier vecino
con Rilke con Pessoa con Vallejo
la que traza en los astros mi destino

La beata la agnóstica la impía
la que pinta mis labios en su espejo
la puta madre de mi poesía

¿Te acordarás de mí cuando me muera?
¿Recordarás la cara que tenías
cuando habitabas en mi carne y yo era
morada de tus noches y tus días?

Liberada del tiempo y del espacio
¿en qué momento me echarás de menos?
¿y en qué lugar recordarás despacio
al amor con su miel y sus venenos?

Alma que te disuelves en el todo
cuando perdida en lo inconmensurable
sueñes conmigo yo seré ceniza

Extrañarás mi corazón de lodo
y anhelaras impúdica y sumisa
ser otra vez materia deleznable